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Rumbo a las elecciones presidenciales de Venezuela: ¿qué pasó esta semana? (6 al 10 de mayo)

A lo largo de esta semana tuvimos una serie de sucesos destacables en lo que es la previa al proceso electoral que tendrá lugar en Venezuela el venidero 28 de julio, cuando millones de votantes son llamados a escoger a su presidente para el período 2025-2031.

Como comentamos en la entrega anterior, el derecho a la participación política de los venezolanos en el exterior fue obturado a través de las medidas arbitrarias del Consejo Nacional Electoral dificultando la inscripción y actualización del registro electoral en los votantes en el extranjero. Dado el cierre de los consulados habilitados en Estados Unidos y Canadá, ninguno de los venezolanos residentes en aquellos países, que reúnen en conjunto estimativo casi un millón de personas, podrá emitir sufragio. Finalizada la auditoría a tal fin el 4 de mayo, el sistema dejó de mostrarles a los electores que estaban registrados en ambos países su consulado como centro de votación, explicando que “El centro de votación en el exterior está inactivo temporalmente”.


El 8 de mayo vimos una muestra de la reconfiguración de los países de la región con respecto al gobierno de Nicolás Maduro. El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, habló sobre una propuesta impulsada por el mandatario Gustavo Petro para la realización de un plebiscito en Venezuela que aborde un “pacto político”. Si bien Petro (junto con el presidente brasileño Lula da Silva) han sido vistos como aliados de Maduro, desde el controvertido proceso de registro de candidatos que resultó en la postulación de Edmundo González el vínculo ha sido objeto de un relativo enfriamiento. Lula había celebrado la postulación de González (al que describió como “candidato de toda la oposición”) como un paso favorable para la democracia en Venezuela, y ahora Murillo en sus declaraciones habla de un pacto que garantice una “transición pacífica”.

Si bien todo se realiza dentro de la hermética etiqueta que envuelve siempre la diplomacia, el cambio de tono de los aliados internacionales más importantes del gobierno venezolano refleja cuales son sus verdaderas agendas y cómo estas podrían impactar en el proceso electoral venezolano. Colombia, nación depositaria de más de dos millones de migrantes venezolanos y, por lo tanto, país más afectado directamente por la crisis migratoria, necesita con urgencia una normalización internacional de Venezuela para que el flujo migratorio se atenúe. Tal normalización pasa necesariamente por una estabilización política de Venezuela, y desde hace un tiempo ha quedado en evidencia que esta solución implica, casi por descarte, un cambio de gobierno en el país, preferentemente por vía de una transición electoral acordada.

Esto en definitiva termina teniendo una importancia en el sentido de que el régimen, cada vez más aislado, se podría ver en última instancia forzado a acceder a demandas de la oposición y tolerar un proceso electoral relativamente limpio. El tono del gobierno colombiano, hablando directamente de “transición”, implica que los principales aliados internacionales de Maduro dan por hecho que una elección limpia resultará en un triunfo opositor, y también que ellos (aunque buscarían la mayor cantidad de garantías posibles para un chavismo derrotado en retirada) difícilmente darían su aprobación a un escenario de permanencia arbitraria en el poder.

Sin embargo, se siguen registrando irregularidades en la gestión del proceso. Este 9 de mayo el CNE publicó el tarjetón electoral con las fotografías de los diez candidatos presidenciales junto a las respectivas tarjetas de los partidos políticos que presentan sus candidaturas. Esto dio pie a comentarios en redes sociales en cuanto a que Nicolás Maduro aparece en trece de las 38 tarjetas partidistas disponibles, correspondientes a los trece partidos que presentan su candidatura. Luis Eduardo Martínez, dirigente del ala intervenida de Acción Democrática, figura en seis tarjetas electorales. Antonio Ecarri (Alianza del Lápiz) figura en seis y José Brito (Primero Venezuela) figura en cuatro. Edmundo González figura solo en tres, la de la MUD, el MPV y UNT.

Históricamente, el sistema que permite la postulación de un mismo candidato por múltiples partidos pero con distinta tarjeta, algo presente en Venezuela desde sus primeras elecciones directas y que está presente en otros países de América Latina (en Argentina por ejemplo, donde recibe el nombre de “colectora”, también en Panamá y en México), ha sido siempre objeto de controversias en cuanto a que puede terminar confundiendo al elector, sobre todo cuando hay una diferencia tan abismal entre el número de tarjetas que postulan a un candidato en particular (en este caso, Maduro) y los que postulan a otro (González).

Si lo evaluamos desde la perspectiva de la coyuntura política venezolana actual, cobra incluso otro cariz al tener en cuenta que muchos de los partidos cuyas estructuras y militancia respaldan realmente a González (por ejemplo, Acción Democrática y Primero Justicia) se encuentran intervenidos por la justicia venezolana en una movida profundamente controversial, y sus tarjetas han sido entregadas a sectores ad hoc, que hoy apoyan otras candidaturas. En ese contexto, una eventual confusión de ciertos electores que termine resultando en un voto erróneo o fallido (entiéndase que voten accidentalmente a un candidato que no es el que desean votar) se vuelve mucho más probable.

Finalmente, este jueves dos líderes políticos de gran importancia, a saber, Manuel Rosales y Henrique Capriles Radonski, mostraron abiertamente su respaldo a Edmundo González. Rosales visitó al candidato de la Plataforma Unitaria en su casa en Caracas, y Capriles posteó un video en sus redes sociales conversando con habitantes del Estado Miranda (donde fue gobernador) y promoviendo el voto a favor de González.

Nos vemos en la próxima entrega de Rumbo a las elecciones presidenciales de Venezuela: ¿qué pasó esta semana?

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